Eterno Ahora
Amor ¡Presente!
Luz ¡Presente!
Armonía ¡Presente!
Orden ¡Presente!
La imposición del Eterno Ahora
contra las tiránicas leyes del espíritu de la pesadez
¡Livianos! así somos
acariciando el seno de la pachamama
mientras viajamos, juntos,
a través del espacio sideral
¡Escucha! No esperes, nada espera
ni siquiera el tiempo, evanescente...
Tanta Luz me deslumbra y me posee
mi mente sólo hace el camino más numinoso
¡Vuela, ave, vuela lejos!
adorando a las divinidades paganas en mil idiomas
Un sólo Lenguaje, la abstracción
la infinita dimensionalidad de la mente binaria
Ciencia, Mística
Infinito y Unidad, ambos eternos
La súbita comprensión de la totalidad de la existencia
mientras medito aquí, tan solo
Asamblea de dioses
APHRODITA- Los humanos, guíados por sus corazones, son como los astros de circular recorrido, armoniosos, mágicos...
AMOR- ¡Eres la cosa más grande y la más hermosa!
ETERNIDAD- Liberémosles de las cadenas del tiempo y el espacio. Llevemos a Hermes para que les revele la Unidad Cósmica...
EL TIEMPO- ¡Os someteré! con tiránicas cadenas de recuerdos y proyectos, alejados del eterno Ahora...
APHRODITA- Los humanos, guíados por sus corazones, son como los astros de circular recorrido, armoniosos, mágicos...
AMOR- ¡Eres la cosa más grande y la más hermosa!
ETERNIDAD- Liberémosles de las cadenas del tiempo y el espacio. Llevemos a Hermes para que les revele la Unidad Cósmica...
EL TIEMPO- ¡Os someteré! con tiránicas cadenas de recuerdos y proyectos, alejados del eterno Ahora...
¡Soledad! ¡Soleada soledad!
De los encuentros que tuve
El tuyo ha sido el mas luminoso
Forma de mujer
tus mil nombres me acompañan
enseñándote sin revelar tu secreto
Caminando por las calles
absorto en profundas meditaciones
me detengo a contemplar
tu reflejo en mi mirada
¡Corazón! ¿por qué lates tan deprisa?
Responde
¡Por el amor a esa Luz,
a esa Luna Soñadora!
Tu fragancia, la del aire que respiro
tus palabras, Poesía
y tu imagen...¿cuál era tu imagen?
¡Soledad! ¡Soleada Soledad!
De los encuentros que tuve
El tuyo ha sido el mas luminoso
Forma de mujer
tus mil nombres me acompañan
enseñándote sin revelar tu secreto
Caminando por las calles
absorto en profundas meditaciones
me detengo a contemplar
tu reflejo en mi mirada
¡Corazón! ¿por qué lates tan deprisa?
Responde
¡Por el amor a esa Luz,
a esa Luna Soñadora!
Tu fragancia, la del aire que respiro
tus palabras, Poesía
y tu imagen...¿cuál era tu imagen?
¡Soledad! ¡Soleada Soledad!
Las cien liras
La vieja moneda apoyada sobre el escritorio
símbolo de la sabiduría despreciada y olvidada
Suaves notas musicales que acompañan el rumor de la vida salvaje
Delicadas combinaciones de palabras que muestran mi rostro desnudo
Sometido a la forma que me trajo la Luz
la cadencia de mis pensamientos detiene su velocidad
Siembro palabras lanzadas al viento
esperando recoger sentimientos encontrados
Agarrado a un arte que solo yo comprendo
retando a la tormenta que agita mi balsa
Sube el oleaje, rugen las negras nubes
fija la mirada en el Nuevo Amanecer
La vieja moneda apoyada sobre el escritorio
símbolo de la sabiduría despreciada y olvidada
Suaves notas musicales que acompañan el rumor de la vida salvaje
Delicadas combinaciones de palabras que muestran mi rostro desnudo
Sometido a la forma que me trajo la Luz
la cadencia de mis pensamientos detiene su velocidad
Siembro palabras lanzadas al viento
esperando recoger sentimientos encontrados
Agarrado a un arte que solo yo comprendo
retando a la tormenta que agita mi balsa
Sube el oleaje, rugen las negras nubes
fija la mirada en el Nuevo Amanecer
Ellos y yo
Meditabundo, caminando entre la niebla
la Naturaleza silenciada por el frío nocturno
Soñando despierto, alcanzo mis deseos
un ahogado ladrido se escucha en la lejanía
No parece vivir nadie en este apartado páramo
Su existencia se debate entre máquinas y adicciones
Armado de palabras como cuchillos afilados
Incapaz de liberar sus cadenas invisibles
Condenados, ciegos, anuladas sus pasiones
Derramo una sola lágrima por su amarga existencia
El resto las guardo, celosamente
para dar la bienvenida a la ansiada Primavera
Meditabundo, caminando entre la niebla
la Naturaleza silenciada por el frío nocturno
Soñando despierto, alcanzo mis deseos
un ahogado ladrido se escucha en la lejanía
No parece vivir nadie en este apartado páramo
Su existencia se debate entre máquinas y adicciones
Armado de palabras como cuchillos afilados
Incapaz de liberar sus cadenas invisibles
Condenados, ciegos, anuladas sus pasiones
Derramo una sola lágrima por su amarga existencia
El resto las guardo, celosamente
para dar la bienvenida a la ansiada Primavera
Zen trando me
Momentaneamente iluminado, me contemplo en el espejo
Acuden a mi mente reflejos de un pasado de esplendor
Brilla en mi retina la luz de la Naturaleza
mientras un ave rapaz sobrevuela mi sendero
En la oquedad de una enorme piedra
he fijado mi refugio
Cuando cae la noche, junto al arroyo
sólo la luna acude a visitarme
Ahora, subido a un alto del camino
admiro mi plenitud bajo un manto de estrellas
Si uno pasa, me saluda
sembrando en mi alma solitaria
el anhelo de próximos amantes
Momentaneamente iluminado, me contemplo en el espejo
Acuden a mi mente reflejos de un pasado de esplendor
Brilla en mi retina la luz de la Naturaleza
mientras un ave rapaz sobrevuela mi sendero
En la oquedad de una enorme piedra
he fijado mi refugio
Cuando cae la noche, junto al arroyo
sólo la luna acude a visitarme
Ahora, subido a un alto del camino
admiro mi plenitud bajo un manto de estrellas
Si uno pasa, me saluda
sembrando en mi alma solitaria
el anhelo de próximos amantes
Frío
Caído en el oscuro pozo de la desolación
mis anhelos ensombrecidos por la injusticia de los otros
Helado, aterido por el oscuro poder de las sombras
espero un viento que levante mis velas
Hacia el cálido mar de los trópicos iluminados
dirijo una mirada sedienta de caricias
Por primera vez incómodo recorriendo los límites
ambiciono el lujo de poder ser yo mismo
Caído en el oscuro pozo de la desolación
mis anhelos ensombrecidos por la injusticia de los otros
Helado, aterido por el oscuro poder de las sombras
espero un viento que levante mis velas
Hacia el cálido mar de los trópicos iluminados
dirijo una mirada sedienta de caricias
Por primera vez incómodo recorriendo los límites
ambiciono el lujo de poder ser yo mismo
Nieve clara
Nieve clara ¡blanca, luminosa!
me derrito con ardientes deseos
Te busco entre la multitud de seres dormidos
¡a ti, que estás tan serenamente despierta!
Luna brillante, que respondes a la llamada de antiguos poetas
¿a quién ando yo buscando sino a ti?
Allí estabas, cuando escalé las altas cumbres
y aquí permaneces, en lo hondo de mi corazón dolorido
¡Luz! que brillas en medio de la oscuridad reinante
sus tiránicas leyes no pueden contener tu libertad
Sentada junto al fuego de la sabiduría inmaculada
exploras los arcanos del conocimiento esotérico
Desheredado, herido por la espada de un demonio familiar
espero la llegada de un mesías desconocido
No deseo, anhelo
No espero, sólo ansío el regreso de una felicidad pasajera
¡Poderosa, tronante! Ilustre bruja que gobiernas las fuerzas de la Naturaleza
¡Bendíceme con tu canto nocturno y solitario!
Antes de que el Sol se levante desde el valle
contemplo tu mirada en el fulgor de las estrellas
Entre frías columnas y muros de hormigón
entono un alegre canto de esperanza
En la profundidad de mi alma atormentada
aparece tu recuerdo,
como humo que señala
un hogar de salvación
Nieve clara ¡blanca, luminosa!
me derrito con ardientes deseos
Te busco entre la multitud de seres dormidos
¡a ti, que estás tan serenamente despierta!
Luna brillante, que respondes a la llamada de antiguos poetas
¿a quién ando yo buscando sino a ti?
Allí estabas, cuando escalé las altas cumbres
y aquí permaneces, en lo hondo de mi corazón dolorido
¡Luz! que brillas en medio de la oscuridad reinante
sus tiránicas leyes no pueden contener tu libertad
Sentada junto al fuego de la sabiduría inmaculada
exploras los arcanos del conocimiento esotérico
Desheredado, herido por la espada de un demonio familiar
espero la llegada de un mesías desconocido
No deseo, anhelo
No espero, sólo ansío el regreso de una felicidad pasajera
¡Poderosa, tronante! Ilustre bruja que gobiernas las fuerzas de la Naturaleza
¡Bendíceme con tu canto nocturno y solitario!
Antes de que el Sol se levante desde el valle
contemplo tu mirada en el fulgor de las estrellas
Entre frías columnas y muros de hormigón
entono un alegre canto de esperanza
En la profundidad de mi alma atormentada
aparece tu recuerdo,
como humo que señala
un hogar de salvación
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